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La llegada de temporeros sorprende a Jaén con los albergues cerrados

Más de un centenar de trabajadores inmigrantes duermen en la calle La Junta publicitó que la campaña de la aceituna estaba cubierta

Ginés Donaire
Un grupo de temporeros inmigrantes, en Jaén.
Un grupo de temporeros inmigrantes, en Jaén.josé manuel pedrosa

De nada han servido los mensajes institucionales para disuadir a los trabajadores foráneos de que acudan a la campaña de la aceituna en Jaén. La inminencia de una cosecha histórica, en la que se esperan unos siete millones de jornales, ha precipitado la llegada de inmigrantes a tierras jiennenses incluso antes de que abran los 24 albergues de temporeros —previsto para finales de mes—. Eso ha provocado que más de un centenar de extranjeros duerman ya a la intemperie en la capital, sin más cobijo que unos cartones y un mísero fuego para combatir las gélidas temperaturas de estos días. Tan solo el Ayuntamiento de Jaén ha anunciado que adelantará al viernes la apertura del albergue.

La llegada de inmigrantes ha sido progresiva en los últimos días, como lo atestiguan los voluntarios de Cáritas, quienes cada noche van en su búsqueda para ofrecerles café caliente, leche y mantas para guarecerse del frío. La mayoría de los que duermen en la calle han improvisado asentamientos en el recinto ferial de la capital, junto al albergue de temporeros.

Hasta que abran las puertas de los albergues, los extranjeros, en su mayoría subsaharianos, no tienen más alivio que una comida caliente que se les ofrece cada atardecer en el comedor de la parroquia de Belén y San Roque y la ducha que pueden darse en el centro benéfico de El Jordán. “Pedimos a las diferentes Administraciones implicadas que pongan en marcha cuantas acciones sean necesarias con el fin de dar un trato digno a estas personas y que ninguna se vea obligada a dormir en la calle”, es el llamamiento desesperado de Cáritas.

Un comedor desbordado

Cada día, cuando cae la tarde, decenas de personas hacen cola a las puertas del comedor social de la parroquia jiennense de Belén y San Roque en busca de un plato de comida caliente, un plato que para muchos será el único del día. La demanda se ha triplicado en las últimas semanas por la llegada de inmigrantes a la campaña de la aceituna. Este miércoles, se superarán las 300 cenas, que se servirán por turnos a todos los que aguarden en la avenida de Madrid.

Los voluntarios de este comedor social han hecho un llamamiento a la población para que done alimentos básicos no perecederos al verse superados por una afluencia que no esperaban y que prevén que se prolongue durante las próximas semanas. En este comedor, los usuarios habituales —familias enteras sin recursos y transeúntes, principalmente— se mezclan con los trabajadores africanos y de los países del Este que han llegado estos días en busca de trabajo en el olivar y que se han encontrado cerrados los albergues para temporeros. Las colas en este comedor parroquial no cesarán ni siquiera cuando abran los albergues, puesto que la estancia máxima autorizada en estos centros es de tres días. A partir de ahí, volverán de nuevo a la calle o rotarán por el resto de albergues de la provincia.

El Foro Provincial de la Inmigración, al que pertenecen las Administraciones y los agentes sociales y humanitarios, fijó para el día 29 de noviembre la apertura de la red provincial de albergues, que este año cuenta con un nuevo centro en Mancha Real que este jueves inaugura el consejero de Justicia, Emilio de Llera. Tan solo el Ayuntamiento de la capital ha anunciado su intención de adelantar esa fecha, y este viernes abrirá el dispositivo de atención a temporeros, que cuenta con 200 plazas de alojamiento.

La concejala de Asuntos Sociales, Reyes Chamorro, ha admitido que la decisión se ha tomado “por una cuestión de conciencia ante la cantidad de gente que ya hay en la ciudad y las bajas temperaturas”. El albergue, según Chamorro, permanecerá abierto hasta que sea necesario y en función de las personas que haya alojadas, a pesar de que el Foro de la Inmigración estimara en 30 días el periodo de apertura. “Mucho más importante que las cuestiones económicas son otras, como atender a las personas”, indica la edil jiennense.

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Otro ejemplo de la llegada masiva de inmigrantes es el centro de transeúntes de la capital, que ocupa las mismas instalaciones del albergue. El centro tiene capacidad para 48 plazas, pero este miércoles se ofrecieron más de un centenar de desayunos. “Cuando la gente se te acerca a pedirte un café caliente y un trozo de pan ¿qué hacemos? Pues dárselos, independientemente de que estén alojados como transeúntes o no”, subraya Chamorro.

La delegada del Gobierno andaluz en Jaén, Purificación Gálvez, tampoco ha ocultado su preocupación por la llegada de inmigrantes y ha dicho que “no se bajará la guardia” para ofrecer el mejor funcionamiento posible de los albergues. La Junta ha financiado una campaña publicitaria en las provincias donde ya ha finalizado la actividad agraria (Lérida, Ciudad Real, Alicante o Almería, entre otras) para advertir a estos temporeros que la mano de obra está cubierta con los más de 68.000 parados de la provincia. Decenas de inmigrantes han ignorado esos mensajes y han llegado a Jaén en busca de un jornal en los tajos olivareros.

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